sábado, 2 de janeiro de 2010

El sueño que tanto tiempo desterrado andó de mis ojos



Lamentación
Al son de los vientos que van murmurando.
al son d’aquesta agoa tan cara y tan pura
que va(n) descurriendo sobre la verdura,
al son de las ave que se van quexando,
se vaya el rabé y mi voz entonando,
porque com las aves mis males quexemos,
lloremos con (e) l’agoa porque sospiremos
al son de los vientos que van murmurando.

Ainsí los sopiros mios,
mis lloros e quexas crecerán los vientos
y los de las aves con los mis lamientos
y con las mis lágrimas crecerán los rios.
Sean d’aqui lexos de risos sandios,
todo devaneo d’aqui se alexe,
fuya el plazer porque salir dexe
ainsi acordados los sospiros mios.


Vengan y lloren las musas conmigo
y tomem su partte deste mi dolor,
y lloren siquiera com el su pastor
qu’está aqui tan solo llorando consigo.
Vean antre cuantos contrarios liigo!
deseo de um lado, d’otro medrosia,
de todos la muerte, pues nesta agonia
vangan y lloren las musas conmigo.


Los bosques sombrios, los sombrios vales,
los montes, las peñas mis lamentaciones
escuchen, y quebrense los coraçones
oyendo, y oiganme los animales.
Los hombres no me oigan, y sean los mis males
tan solamente al hombre encubiertos,
que a ellos fuyendo busqué los desiertos,
los bosques sombrios, los sombrios vales.


Ay generecion perversa y malvada!
no te maravilles si mi mal descubro
a las animalias y de ti m’encubro,
pues tu crueldad ante de ti no es nada.
Passaron los hombres, la fe ya es passada,
amor ya no reina, reinam miñerias.
Si oyeses mis daños, como te ririas!
Ay generacion perversa y malvada.


Si vieses de lágrimas los mios ojos llenos
y llena la cara, y solo de oidas,
y el alma cativa, las fuerças caídas
tornados en noches los dias serenos,
cuán poço valdrian sospiros agenos
cuán poco las quexas, los llantos cuán poco.
antes me ternias por simple y por loco,
se vieses de lágrimas los mios ojos llenos.


Quexemonos solos de muestra fortuna,
del fado contrario y nuestras querellas;
llamemos crueles todas las estrellas,
crueles los cielos y cruel l aluna.
De mis bivos lloros una gran laguna
se faya, y pues solo tengo tal cuidado,
en este desierto comigo apartado
quexemonos solos de nuestra fortuna.


A, como fortuna me tien gran rancor,
ca atapa la sierpe furte sus orejas
- ainsi lo oido yo a la viejas -
encuentra las bozes del encantador.
Natura ha puesto distinto y temor
en todo [animal] contra la su muerte:
en mi nunca puso, ay qué dura surte!
Ay como fortuna me tien gran rancor.


Provio la natura que sordo nasciese
ll que nacio mudo, porque no pod(e)ria
con aquelotro y malenconia
oyendo sofrirse que no respondiese,
si estava tan cierto que oyendo vise.
Turbase mi alma que ver desó
[lo] que ver no puede, triste, porque no
provio la natura que sordo naciese


A fin que no oyensen cantar las serenas
los navegantes cierran sus oidos,
porque, se kas oyen, esa ora dormidos
caen en la mar dende las entenas.
Fuyen de dus cantos por [fuir] sus penas
segun lo que cuentan nuestros viejos tios.
Por qué no he cerrado, triste, yo las mias
a fin que no oyesen cantar las serenas?


Qué cosas se puedan contar tan estrañas
que crer no se devan? Yo, necio, no cria
que del basilico la vista ofendia
las aves del cielo y las alimañas.
Mas qué, no s’abrasan todas mis entrañas
por vos cada ora y nunca vos vi?
y pues queris yanto y podeis contra mi,
qué cosas se oueden contar tan estrañas!


Bien aventurado dixo que seria:
el ciego que viese solo por oidas.
yo di mi vida y diera mil vidas
a quien no conosco ni me conocia.
A dó la ventura, a dó la alegria?
esta es la alegria, esta es la ventura,
aquesta es la gloria por quien nuestro cura
bien aventurado dixo que seria.


Qué gran novedade es esta qu’el sueño,
el sueño que tanto tiempo desterrado
andó de mis ojos, a ellos llegado
dellos y de mi es ya echo dueño.
Durmamos, pues, luego y en este pequeño
tiempo, si quiera en aqueste prado,
posarase ha el cuerpo quexoso y cansado
c’apenas los ojos abiertos [sostengo].


Sá de Miranda


Tanscrição e estabelecimento do texto de Eugénio Asensio.
Estudios Portugueses. Paris, Fundação Calouste Gulbenkian, 1974. p. 148-151.

1 comentário:

Isabel X disse...

Que lindo! O Poeta e a Natureza em sintonia, completando-se, sendo o mesmo.
Belíssima a subtileza da imagem: dormir para sonhar, após tanta dor, deitar o corpo queixoso e cansado, e apenas os olhos manter abertos, os olhos que o sonho vêem.
- Isabel X -